martes, 9 de octubre de 2007

EN LA TIERRA DEL ORO FALTA PAN.....

El Perú es mendigo sentado en banco de oro dijo Raimondi. Pero el banco es extranjero agregamos nosotros. La naturaleza es generosa y pródiga con los peruanos al dotarlo de ingentes recursos naturales agropecuarios y mineros ubicados en ecosistemas que son admiración del mundo. Pese a ello y como paradoja la población confronta altos índices de desnutrición y pobreza, y renace la tuberculosis como muestra lacerante de una realidad distinta que nos ubica entre los más pobres del planeta por cuya razón nos llaman país del tercer mundo. Se anuncia que la economía crece al ritmo mayor del 7 % y ello se debe al libre mercado, economía neo liberal, y la globalización; por eso llegan las inversiones, y somos reconocidos como país elegible. Esto significa de modo tácito el reconocimiento a la política económica de Alberto Fujimori quien fue el artífice del modelo instaurado en la Constitución vigente de 1993, y algunos piensan que por eso la mayoría gobernante no se atreve a cambiarla pese a los reiterados anuncios y promesas electorales hechas en ese sentido por los políticos incluyendo al partido de gobierno que ganó las elecciones con la promesa de anular la renta básica, no al TLC, y restaurar la constitución de 1979 entre otras ofertas. En ese sentido la política económica se mantiene firme y piden más minería en doce regiones del país, no importan las comunidades ni la agricultura, para lo cual lanzan con carácter de urgencia el escueto Proyecto de Ley Nº 1640 por el cual pretende declarar “de interés nacional la ejecución de proyectos de inversión en la actividad minera”. Este proyecto colisionaría con los artículos 88º y 89º de la Constitución, y no sería coherente con la Ley General de Comunidades Campesinas – Ley Nº 24656 promulgada en el primer gobierno del doctor García Pérez, y en su Artículo 1º dice: “Declarase de necesidad nacional e interés social y cultural el desarrollo integral de las Comunidades Campesinas. El Estado las reconoce como instituciones democráticas fundamentales, autónomas en su organización, trabajo comunal y uso de la tierra, así como en lo económico y administrativo, dentro de los marcos de la Constitución, la presente ley y disposiciones conexas”.Se anuncia también nuevas inversiones en el sector minero; pero se ignoran los proyectos que impulsen la actividad agropecuaria para fines de satisfacer la alimentación popular; y entre tanto los agricultores de Piura potenciales afectados por la minería convocan a consulta popular y le dicen no a minera Majaz. Entonces, ofuscados por la medida el gobierno tilda de comunistas y antipatriotas a los campesinos opositores, y es intervenida una emisora radial de Piura por negarse a difundir un comunicado oficial. Creemos que la resistencia a la minería tiene fundamento en razón de que afecta las actividades agropecuarias que son la principal fuente de alimentación de la población, y luego porque la construcción de nuevas minas implica necesariamente la reducción de áreas de cultivo y el desplazamiento de sus habitantes del campo a la ciudad convirtiéndolos en sub empleados, desocupados, ambulantes, o recicladores dependientes del mercado; pero además es evidente que la actividad minera genera contaminación ambiental cuyas secuelas subsisten incluso después del cierre de la mina. Por todo ello la producción de alimentos decrece y se incrementa la importación; así por ejemplo durante la construcción de Antamina, la Comunidad Campesina de Huaripampa, ubicada en el distrito de San Marcos, provincia de Huari, en Ancash, vendió a la minera 2,202 hectáreas de tierras comunales por la diminuta suma de 880 mil 800 dólares americanos (400 dólares por hectárea), no obstante esta generosidad, la empresa no compraba la producción de papas de Huaripampa, optando por la importación de dicho tubérculo. El área afectada no será más tierra fértil, y por todos estos factores las áreas de cultivo se reducen mientras la importación de alimentos crece: así el año 2000 se importó 450 millones de dólares en alimentos, el 2005 se importó 746 millones de dólares, el 2006 la importación creció a 880 millones de dólares, y se espera que el año 2007 la importación de alimentos sobrepase los mil millones de dólares, lo cual significaría que el 50 % de alimentos conformantes de la canasta familiar son extranjeros. ¿Y que alimentos compramos? Solo como referencia citamos algunos: trigo, maíz amarillo, azúcar, lácteos, soya, carnes, etc. El trigo es el caso más emblemático por su impacto en la alimentación popular, pues, el 90 % de este cereal es importado y solo el 10 % es nacional. La harina de trigo es el principal insumo para la industria del pan, galletas, y fideos; el maíz amarillo se utiliza para alimentar a los pollos; y de la soya se obtiene el aceite doméstico vegetal. Esta realidad indica que el Perú carece de seguridad alimentaria, y pese a que contamos con uno de los mares más ricos en productos ictiológicos de alta calidad nutritiva y proteínica, solo alcanzamos un consumo per cápita anual de 18 kilos de pescado, equivalente a 40 gramos diarios, cantidad insignificante e injusta; sin embargo, hasta ahora no encontramos en los mercados del país la promocionada anchoveta, pues es de público conocimiento que el Perú exporta harina de pescado que es utilizado para engorde de animales. Así mismo, los indicadores económicos señalan que el consumo per cápita anual es de 28 kilos de pollo, 25 kilos de pan, 50 kilos de arroz, 32 kilos de azúcar, 87 kilos de papa. Y pese a ello, no existe política agresiva real para impulsar la producción agrícola y pecuaria para satisfacer la demanda nacional de alimentación popular. La población crece cada día, y corresponde a los gobernantes prever el abastecimiento de alimentos para los habitantes, incluso después que se agoten las reservas mineras. Entonces quizá no contemos con recursos financieros para importar alimentos y será la hora de volver los ojos al campo que hoy devastamos.El Perú es el tercer país productor de oro en el mundo, siendo las minas más ricas: Yanacocha en Cajamarca, Alto Chicama en La Libertad, y Pierina en Ancash en etapa de cierre. Sin embargo, conviene tener presente que los minerales son recursos no renovables, de suerte que cuando se agotan no se reproducen, tampoco podrá recuperarse la flora y fauna depredados por efectos de la contaminación ambiental, y todo ello tiene un costo social que deben asumir las empresas compartiendo mejor las inmensas utilidades que obtienen con la explotación de recursos naturales que son de todos los peruanos. La minería es una actividad temporal con vida útil entre diez a veinte años, y no genera trabajo intensivo, dejando secuelas de contaminación ambiental; en cambio la agricultura es permanente, genera trabajo de mano de obra intensiva y preserva el medio ambiente. No somos opositores a la explotación minera, por el contrario creemos que los recursos naturales deben utilizarse con criterio racional y dentro de los principios de justicia social, en ese sentido debe compartirse la riqueza. Los contratos de concesión minera no podrían otorgarse con tanta facilidad, sino dentro del marco de reglas claras y equitativas con tributos proporcionales a la riqueza obtenida. No sería admisible el abuso contra los campesinos al despojarlos de sus tierras mediante pagos irrisorios; pero tampoco es buena la expropiación, cuando existe el diálogo para una solución razonable, pues, la medida podría agravar el conflicto lejos de resolverlo. Vale decir, el remedio podría ser peor que la enfermedad. Esta es la responsabilidad social del estado.☺
Publicado por Víctor Omar MENDOZA RODRIGUEZ

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