Los impuestos ciegos gravan todas las operaciones comerciales y por ende afectan la economía popular. Por tanto la rebaja del 1 % del IGV es saludable; pero eso no se reflejará necesariamente en menores precios de bienes y servicios de uso y consumo masivo, pues, los especuladores haciendo uso y abuso del modelo económico neoliberal - sin controles - no bajarían los precios incrementando así sus utilidades. Por esa razón no compartimos la idea del señor Ministro de Economía y Finanzas cuando afirma en RPP que la rebaja del IGV significará mayor capacidad de consumo para las familias peruanas estimado en 500 nuevos soles al año per cápita.
En nuestra opinión el sistema tributario debería ser objeto de reingeniería total sujeto a un cuerpo de normas – llámese nuevo Código Tributario – moderno, justo, y equitativo. En principio las tasas impositivas son muy altas en algunos casos como el IGV al 19%, mientras que en otros como la renta no prevé un impuesto a las sobre ganancias de tal suerte que el estado opta por aceptar óvolos voluntarios como ocurre en la actualidad con empresas mineras cuyo fondo ellas mismas administran. Lo idóneo sería que paguen más los que más ganan. No es igual aplicar impuestos a una empresa minera que a una PYME; pero la SUNAT persigue con ferocidad a pequeños contribuyentes como: bodegas, micro empresarios, y trabajadores independientes, de tal suerte que éstos están condenados al fracaso. En cambio son generosos con grandes contribuyentes como las mineras, telefónica, clubes deportivos, y otros que gozan de seguridad jurídica y tributaria. Es decir, además falta criterio para aplicar la ley. En alegoría podría decir que perseguir a bodegas y PYME que luchan por sobrevivir sería como sacar sangre al sancudo; cuando lo lógico es sacar sangre a un toro, elefante, o rinoceronte.
Así mismo las universidades, institutos superiores, y otros gozan de inafectación de todo impuesto directo o indirecto que afecte bienes, actividades y servicios propios de la actividad educativa y cultural prescrito en el artículo 19º de la Constitución. Pese a ello las universidades privadas en general son instituciones de alta rentabilidad económica al punto que en algunos casos serían promotoras de partidos políticos promoviendo candidaturas en el ámbito municipal, regional y nacional. Algunos promotores dicen que albergan a más de 40 mil alumnos, y sus pensiones son del orden de 400 nuevos soles, más matrículas, dos ingresos al año, etc. Entonces, es obvio que la educación es el mejor negocio del momento, y por tanto debe tributar como cualquier actividad mercantil. Actualmente en el Perú existen más de 117 universidades, y muchas tienen filiales en todo el país evidenciando prosperidad del negocio. Se estima que el 70 por ciento de universidades son privadas.
REDUCCIÓN DEL ITF
El Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) será reducido de 0,05% a 0,005%. En buena cuenta podríamos considerar que este tributo se habría reducido a la mínima expresión, siendo simbólico. Ejemplo, si por una transacción bancaria de S/. 1,000.00 afecta al 0.05 % el tributo es de S/. 0.5, y por el mismo importe afecto al 0.005% el tributo sería de S/. 0.05 lo cual resulta insignificante. Entonces: ¿por qué se mantiene el tributo? La respuesta es simple: El objeto y fin de mantener el ITF es estratégico para fines de control financiero de las transacciones bancarias, y desde ese punto de vista me parece acertada la medida. (11-02-2011)