
ALGUNAS OPINIONES:
1.- En principio debemos frenar la producción ociosa e indiscriminada de normas legales que no sirven para nada. Algunos dicen hecha la ley hecha la trampa, y aquí se aplica la ley del embudo. Creo firmemente que para resolver el problema debería contratarse expertos consultores y asesores nacionales y extranjeros para consolidar en un solo cuerpo de normas clasificadas por materias, dejando sin efecto las obsoletas y vetustas normas anteriores. Este nuevo cuerpo de normas debe ser duradero, no podemos cambiar las reglas de juego al gusto y satisfacción de los gobernantes de turno, y/o en función de intereses particulares. Esto pasa por la emisión de una nueva constitución. Debemos comprender de una vez por todas que el actual congreso es un organismo enfermo, anacrónico, inepto y corrupto conforme lo evidencian sus propios actos, y por esa razón DEBE someterse a una reingeniería total para reformular su conformación y funciones partiendo por exigir requisitos mínimos para ser representante cuyo mandato deberá tener carácter revocatorio y los salarios estarán homologados dentro del sistema único de remuneraciones, sin privilegios. Debemos practicar la democracia de la igualdad sin discriminación.
2.- Los micro y pequeños empresarios que generalmente está conformado por trabajadores del pueblo como artesanos, campesinos, comerciantes, taxistas, etc., DEBERIAN recibir del estado, asesoría directa y gratuita en todas sus dependencias. Ejemplo: Si una persona requiere licencia de funcionamiento para su negocio, debe recibir atención real y efectiva para cumplir el objeto. Es decir, debe ser atendido si o si. Y cualquier observación será resuelta bajo orientación de la misma entidad como parte de su deber y obligación sin costo alguno, lejos de convertirse en una traba. Así agilizaremos el trámite y eliminaremos la corrupción. No hay porque buscar abogados ni mucho menos, porque se eleva el costo y el micro empresario no está en capacidad de pagar a la burocracia improductiva.
3.- La producción de la micro y pequeña empresa debe ser comprada por el estado en forma real y directa de modo incondicional, y/o éste debe canalizar y orientar sin costo alguno la actividad comercial, incluso la exportación. Caso contrario, el único que se enriquece es el comerciante o especulador, con lo cual se encarecen los precios. Esta medida es coherente en razón de que el estado es el más grande consumidor; sin embargo existen experiencias por ejemplo que muestran compras de leche en polvo mientras los productores de leche fresca arrojan la leche al río por falta de mercado y precios equitativos. Así mismo, en caso de la exportación es viable por cuanto el estado cuenta con embajadas y consulados en todo el mundo que deberían apoyar a los productores nacionales; sin embargo observamos que no ocurre y por eso los alcaldes distritales y provinciales, presidentes regionales, congresistas, ministros, etc., viajan al extranjero en busca de mercados y/o para comprar bienes, o dizque para firmar convenios de hermanamiento cuyas fórmulas declarativas no resuelven ningún problema del empleo ni reducen la pobreza. Debemos ser eficientes y eficaces utilizando los recursos que tenemos como las embajadas cuya función se medirá por los resultados.
Toda problemática requiere de una solucionática decía el loco “bayro”, y esta cruda realidad merece preferente atención del estado, pues toda postergación frena el desarrollo y crece el conflicto social. Una forma práctica, objetiva y real de analizar esta situación consiste en observar lo que podríamos llamar la “temperatura social de la calle”, y allí solo encontramos caos, anarquía, inseguridad, delincuencia, etc., que son muestra de retraso y pobreza. Son pocos los afortunados que se desarrollan y crecen en el Perú tales como las empresas mineras, bancos, telefónica, mega centros comerciales y otros. Caso contrario, cómo se explica que los hombres y mujeres del pueblo todos los días salgan del Perú al extranjero para desde allí poder sostener a sus familias con las remesas que envían estimada en tres mil millones de dólares americanos al año, mientras que la TBC crece entre quienes nos quedamos.